Arucas

En medio de un cinturón de plataneras, al pie de un antiguo volcán llamado “Montaña de Arucas” y rodeada de pintorescas montañas y valles se encuentra la ciudad de Arucas. Dominadas sus vistas por Iglesia de San Juan, de estilo neogótico y muy llamativa, tiene un bonito y elegante casco histórico.

La Catedral, como llaman los locales a la Iglesia de San Juan, fue proyectada por Manuel Vega March. Empezaron a construirla a principios del siglo XX y, sin embargo, la última de las 4 torres se terminó en 1977. Para su construcción utilizaron el basalto negro de las canteras locales, una piedra azul de gran importancia y belleza. Son de gran interés las magníficas vidrieras de colores, de origen francés, la escultura del Cristo yacente de Manuel Ramos y la torre exterior de 60 metros de altura. La oscura silueta del templo destaca entre las casas blancas de la ciudad, elevándose sobre ellas como una oscura tormenta de tiempo y piedra, aunque, en realidad, no tiene muchos años para poder considerarse antigua.

En la Plaza de la Constitución se alza el viejo edificio del Ayuntamiento y, al otro lado, se encuentra el Jardín Tropical de las Hespérides, un pequeño y bonito parque urbano, repleto de árboles y diferentes plantas, conocido como el Parque de las Flores. Es un remanso de paz digno de visita. Entre las plantas y árboles que contiene destaca el árbol del jabón, un ejemplar bastante raro y del que Arucas puede presumir.

En Arucas está la mayor fábrica de destilación de las Islas: Ron Arehucas, establecida en 1884. La Fábrica abrió en los tiempos de la proliferación de la caña de azúcar, en cuyos terrenos ahora se cultiva el plátano. Tiene centenares de barricas llenas del líquido ardiente. Tanto la Fábrica como el Museo existente en el recinto pueden ser visitadas para conocer la historia y el proceso de la destilación del ron, así como para degustar el excelente producto.

A 1,5 kilómetros del centro de la ciudad, en la cima de la Montaña de Arucas, hay un restaurante con mirador que merece la pena visitar, pues puede verse toda la costa norte de Gran Canaria.